@a_v2016 :
"[...] Efectivamente en la conciencia libre se tiene la facultad, la predisposición, pero no se dispone de ella en "un todo ya configurado", como si se tuviera una manzana. Hay que construirlo, perfeccionarlo. Y nuestro libre albedrío, que es el resultado de ello, se construye y perfecciona en consecuencia.
Y para ello debemos ser, o mejor aún, nacer en un escenario adecuado. Podemos ver que está delimitado en un marco percibido como un espacio-tiempo en evolución entre un punto de entrada materializado por el nacimiento y hasta un punto de ruptura materializado por la muerte. Aquí también admitirá que no me estoy sacando nada del bolsillo. Es una observación de nuestro viaje por la vida. [...]"
Señalizadores:
Crecimiento de la entropía en el Universo = dirección de la flecha del tiempo = dimensión física del tiempo.
Percepción del flujo del tiempo = acumulación de información = neguentropía = tiempo psicológico - ilusión.
Yo-sujeto = historia memorizada-acumulaciones de huellas mnémicas = construcción de la identidad ≠ libre albedrío.
Yo sujeto = ilusión subjetiva.
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Breves consideraciones sobre el tiempo, el alma y el libre albedrío:
"(...) hay que nacer en un escenario adecuado. Podemos ver que se delimita en un marco percibido como un espacio-tiempo en evolución entre un punto de entrada (...)"
La dicotomía causa-efecto es un señuelo factor de confusión que limita el alcance de su pensamiento.
En realidad, la distinción es sólo una ilusión de la mente.
El "tiempo" no "construye", sino que "revela" lo que "es".
Véase el ejemplo de los conjuntos límite, también llamados "atractores extraños", que son característicos de los sistemas dinámicos no lineales llamados "estocásticos".
Una ilustración trivial pero heurística le permitirá comprender rápidamente este concepto:
Tome una hoja de papel, algo para escribir y una moneda. Invente dos reglas inmutables que aplicará según el resultado de los lanzamientos de su moneda. Por ejemplo: "desplazarse 3 cm hacia el noroeste" para el lado cara, y: "reducción de ¼ de la distancia al centro" para la cruz. Se parte de un punto inicial y se aplican las reglas a cada nueva iteración a partir del último punto obtenido.
¿Qué se obtiene? Una nube de puntos difusa y sin forma, que parece estar distribuida al azar. Luego, continúe con las iteraciones. Después de varios centenares de lanzamientos, observará que el experimento ya no produce un conjunto desordenado de puntos, sino que parece surgir gradualmente una forma.
Tras miles de lanzamientos, la forma se vuelve lo suficientemente precisa como para revelar un espacio circunscrito en el que todos los puntos están sorprendentemente situados (= conjunto límite).
Después de millones de iteraciones, ningún punto se superpone a otro, todos se concentran en un perímetro singular y cuya forma está determinada únicamente por las DOS REGLAS de partida. Las reglas SON la forma. La causa y el efecto son uno. El tiempo psicológico (≠ el tiempo físico) es una ilusión. El conjunto límite está "ya" ahí sin estarlo todavía.
Habrá comprendido que cada iteración representa el "flujo del tiempo". Todos los puntos parecen seguir una misteriosa trayectoria (su voluntad) que los dirige hacia esta forma singular, que está "ya" allí sin estarlo y cuya conformación atestigua la -libre- elección "ya" hecha. Perciba cómo las palabras son insuficientes para traducir inteligentemente estos hechos.
Esta ilustración lúdica es muy conocida por los matemáticos. Le dará una nueva visión de la carta "D 41-15". Entenderá más fácilmente la distinción entre "CONCIENCIA" y "CONSCIENCIA" y por qué concluye diciendo que ambas son: "finalmente y en última instancia la misma cosa".
Saludos respetuosos.